miércoles, 25 de noviembre de 2015

FICHA DE TRABAJO PARA QUINTO DE SECUNDARIA


FICHAS DE TRABAJO PARA QUINTO DE SECUNDARIA
LA EVANGELIZACIÓN DE LA CULTURA
La tarea de la evangelización  de la cultura se halla contenida con el mandato del Señor a los apóstoles para que lleven la buena nueva a todos los pueblos y a todos los hombres:

“todo poder se me ha dado en el cielo y en la tierra. Por eso, vayan y hagan todos mis pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado. Yo estoy con ustedes todos los días hasta que se termine este mundo”.

1. ¿Qué es la cultura?
      El documento de puebla nos dice: “con la palabra cultura se indica el modo particular cómo en un pueblo los hombres cultivan su relación con la naturaleza, entre sí mismos y con Dios, de modo que puedan llegar a un  nivel verdadera y plenamente humano (GS 53a).Es el estilo de la vida común (GS 53c) que caracteriza a los diversos pueblos; por ellos se habla de pluralidad de culturas”. (Puebla n. 386).  Es el mismo documento de Puebla que nos indica que la cultura abarca la totalidad de la vida de un pueblo, y por lo tanto, comprende:
     El conjunto de los valores que lo enriquecen y que al ser vivido por todos sus miembros, los reúne en base a una misma “conciencia colectiva”
     Las formas mediante las cuales aquellos valores se expresan y configuran, es decir, las costumbres, la lengua, las instituciones y las estructuras de la convivencia entre todos los que comparten esta sociedad.
     El hombre vive una vida verdaderamente humana gracias a la cultura la vida humana es una cultura también en el sentido que a través de ella, se distinguen y se diferencia de todo lo demás que existe en el mundo visible. El hombre no puede prescindir de la cultura.

2. El hombre creador de la cultura
     Desde su creación, el hombre aparece como autentico creador de la cultura. “formados, pues, de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, los hizo Yahvé Dios desfilar ante el hombre para ver cómo los llamaba y para que el hombre de todos los seres vivientes fuese aquél que les pusiera le nombre” (Gen 2, 19) Así, el creador, el que reinaba sobre todo y lo puede todo, presenta ante su creatura el universo que aún no tenía nombre, para que mediante la designación, el hombre haya “humanizando” su entorno natural.
     En el designio de Dios Padre, el hombre aparece como creador de la cultura. En el pasaje bíblico citado, vemos como Dios lo invita a participar de la obra creadora: el hecho de dar nombre a algo o alguien es –según la mentalidad judía -subordinarlo así.
     Es Dios quien lo llama a crear su mundo: el mundo del hombre. La cultura es el mundo del ser humano. Así el hombre debe ir organizando su existencia personal y comunitaria para sentirse ubicado y listo para su desarrollo en el mundo.
     El Papa Juan Pablo II nos dice que: “la cultura es la expresión del hombre, es la confirmación de la humanidad. El hombre la crea y mediante a ella se crea a sí mismo. Se crea a sí mismo con el esfuerzo interior del espíritu, del pensamiento, de la voluntad, del corazón. Y al mismo tiempo, crea la cultura en comunión con los otros. La cultura es la expresión del comunicar, del pensar juntos y del colaborar juntos los hombres. Nace del servicio al bien común y se convierte en bien esencial de las comunidades humanas”.

3. Evangelización de la cultura
      El documento de puebla define la evangelización de la cultura de la siguiente manera: “Es la penetración por el evangelio, de los valores y criterios que inspiran la cultura, la conversión de los hombres que viven según esos valores, y el cambio que, para ser más plenamente humanas, requieren las estructuras en que aquellos viven y expresan.” (Puebla n. 395)
      Se ve claramente que la evangelización de la cultura es hacer que los valores, criterios y actitudes del Señor Jesús estén presentes en todos los elementos que conforman la cultura de un pueblo. Todos los esfuerzos para lograr esto constituyen la evangelización de la cultura.
     Como cristianos, nada de lo humano nos es ajeno. Tenemos por lo tanto la obligación de responder a las diversas maneras. Pero no podemos diluir nuestro mensaje en las manifestaciones de tal o cual cultura sino aprender a discernir en cada una de ellas lo que está a favor de lo que está en contra del evangelio ¿Por qué? Porque lo que está en contra del Evangelio esta está en contra de la cultura misma, sea cual sea.
      El cristianismo ha sido a lo largo de la historia humana una fuente de la más alta cultura. Las diversas manifestaciones artísticas, intelectuales, sociales, económicas, administrativas, humanitarias, etc. que hoy conocemos tienen su origen en la concepción cristiana de la vida que arraigó con la primera evangelización.
     Solamente en el mundo cristiano fue posible un espacio de libertad como para generar el marco de discrepancia en el cual surgió la modernidad. Ningún otro credo religioso puede adjudicarse para sí el privilegio de que en su seno haya surgido la modernidad. No surgió del budismo; no surgió en Tailandia; no surgió con Shintoismo, ni con el Islam, ni con el Judaísmo, surgió con el mundo Cristiano.
       La iglesia sigue con su preocupación por todos los hombres. No representa intereses particulares: es porta voz de todos en una sociedad pluricultural, pluriétnica, pluri lingüística; lo es ante los desniveles económicos, educativos y políticos. No bloque la diferenciación necesaria, pero presenta las verdades y exigencias étnicas subyacentes, que hacen posible esta diferencia. Ante todo nos recuerda- en nombre de Dios- el valor de todo hombre, la base de esta preocupación es la fe, que inspira los grandes principios de la Doctrina Social, que van más allá de las coyunturas políticas y de las modas del momento.
    
4. La inculturación del evangelio
     La inculturación del Evangelio es el proceso por el cual el mensaje del Evangelio se “encarna” en las culturas, asumiendo sus valores y dándoles sentido último que es la expresión de la fe. Es uno de los medios para la evangelización de la cultura.
     La inculturación es análoga a la encarnación. Así como Dios encarnándose se hace hombre, el Evangelio,  inculturándose se “hace cultura”. Pero, así también como el Señor Jesús no deja de ser Dios en la encarnación hay que velar porque el Evangelio no deje de ser Evangelio en la inculturación.
    En Santo Domingo, los obispos llegaron a la siguiente conclusión:
     “Es necesario inculturar el Evangelio a la luz de los tres grandes misterios de la salvación: la Navidad, que muestra el misterio de la Encarnación y mueve el evangelizador a compartir su vida con el evangelizado; la Pascua que conduce a través del sufrimiento a la purificación de los pecados para que sean redimidos; y Pentecostés, que por la fuerza del Espíritu Santo posibilita a todos entender en su propia lengua sus maravillas de Dios.” (Santo Domingo, n. 230)
     La inculturación busca el surgimiento de una cultura cristiana. Nosotros estamos a medio camino: nuestra cultura tiene un sustrato católico innegable, pero muchas de sus manifestaciones han dejado de tener peso para la vida concreta de las personas. Muchas veces nos quedamos en las formas externas sin permitir que el Evangelio transforme realmente nuestras estructuras culturales, nuestros ambientes concretos de estudio, trabajo, diversión y servicio.
    La Evangelización de la cultura es un aspecto que está detrás de todos los problemas concretos de las personas. Si logramos cambiar la cultura podremos transformar la sociedad. Y la raíz de esta Evangelización, ¿dónde debemos encontrarla? Primero, como siempre, en la conversión del propio corazón, y como fruto de esta, solidario a nuestros hermanos.

5. Los laicos y la evangelización de la cultura.
     En la Evangelización de la cultura los laicos juegan un papel muy especial. Es Concilio Vaticano II hace una decidida exhortación a  que la presencia de los laicos en la Iglesia tenga el protagonismo que les corresponde por su dignidad de bautizados. De la misma manera se los exhorta a ser en el mundo como la levadura en la masa. Todo esto siempre en comunión con la jerarquía y bajo la orientación de los Pastores.

     Este llamado del Concilio Vaticano II a encontrado múltiples respuestas en todo el mundo. El Espíritu y creatividad se están convirtiendo en ocasión de conversión y crecimiento para muchos hombres y mujeres. Varias de estas iniciativas han encontrado su forma institucional en Movimientos y nuevas comunidades eclesiales que tienen como característica una explícita docilidad al santo padre y a los obispos y al mismo tiempo una fuerte presencia cristiana en los diversos aspectos de la vida humana: La familia, el mundo educativo, el trabajo, la política, la economía, la tecnología, las comunicaciones. En la Evangelización de la cultura de estas nuevas iniciativas apostólicas están teniendo un papel cada vez más importante.


     Juan Pablo II les dijo a los movimientos y a las nuevas comunidades eclesiales unas palabras que pueden aplicar a todos los bautizos en general.

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